Se denominan así porque equivalen a un adjetivo y desempeñan la función propia de esta categoría: complemento del nombre.
El elemento que las introduce es un pronombre relativo; por esta razón se les da también el nombre de proposiciones subordinadas de relativo o relativas.
Fijate en la siguiente oración: El corazón es agua que te acaricia.
Esta oración costa de dos proposciones:
· La proposción principal: El corazón es agua.
· La proposición subordinada: que te acaricia. Esta proposción subordinada equivale a un adjetivo, ya que su funcón en la oración es la de completemento del nombre agua, la misma función que realizaría un adjetivo, por ejemplo, acariciadora:
El corazón es agua acariciadora.
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